Crisis en el Catatumbo: emergencia humanitaria y de seguridad en el enclave cocalero de Colombia

La región del Catatumbo, ubicada en la parte noreste de Colombia, es actualmente el principal foco de violencia en el país. En los últimos meses del corriente año, el conflicto entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) se reavivó, dejando al descubierto una crisis humanitaria en el país. 


Por Florencia Reveron

La Región del Catatumbo es una de las más ricas en cuanto a sus recursos naturales y a su vez una de las que mejor ubicación tiene geopolíticamente hablando. Esto es así, ya que debido a su geolocalización la región se ha convertido en un corredor estratégico y también en un imán para actividades económicas ilícitas.

En esta región se dieron las primeras explotaciones petroleras de Colombia, ya que cuenta con una de las cuencas más prolíficas del país. Los recursos hidrocarburíferos, sumados a su difícil acceso debido al entorno selvático y a los bosques, han sido un atractivo para la delincuencia organizada dentro del enclave cocalero más relevante del país.

Debido a todo esto, históricamente la región ha sido foco de conflictos armados, sin embargo, en el último tiempo estos se han ido intensificando, llegando a niveles alarmantes. Estos enfrentamientos arrasan con las comunidades campesinas del Catatumbo, afectando también a pueblos étnicos de la región. Las personas se ven obligadas a desplazarse producto de la violencia, los constantes asesinatos y los secuestros.

Como se mencionó anteriormente, en parte fueron los recursos naturales de la región los que atrajeron a las guerrillas. Y luego de diversos intentos fallidos del Estado por aumentar su presencia en la zona, fueron los propios grupos armados los que tomaron posesión sobre el Catatumbo. Hoy en día la región es un área prolífica para actividades como el narcotráfico, el lavado de activos, la extorsión y también el tráfico de inmigrantes desde Venezuela, dada su proximidad.

Frente a estos acontecimientos, el presidente de Colombia, Gustavo Petro declaró hace ya dos meses el estado de conmoción interior y emergencia económica en la propia región. Previo a estos sucesos, en noviembre de 2023, el ELN y el gobierno colombiano establecieron una mesa de diálogo para alcanzar la paz en la región. Sin embargo, en enero de este año el presidente anunció que se suspendían los procesos de diálogo, luego de asumir que el ELN no tiene ninguna voluntad de paz.

A partir de ese momento, el gobierno colombiano ha reforzado su capacidad ofensiva con la intención de lograr neutralizar los actos de violencia provocados por el ELN y las disidencias de las FARC. Además, ante la crisis humanitaria, se han desplegado operaciones con el objetivo de reforzar el control territorial y poder garantizar la correcta protección de la población civil que habita la región del Catatumbo.

Sin embargo, a los ojos de la población colombiana el accionar del Estado aún es escaso, y la ausencia del mismo desde hace décadas en la región hoy se hace notar más. Ya que para muchos, fue esa falta de presencia estatal la que permitió que estos grupos armados se instalen en la región.

Además, hasta el momento las fuerzas públicas no han logrado revertir la situación y retomar el control sobre esa fracción de territorio, haciendo que el sentimiento de abandono estatal siga latente. Por el momento el desenlace del conflicto armado es una incógnita. Lo que sí se puede afirmar es que la situación actual del país abre nuevamente las puertas al debate sobre la seguridad en el mismo.

Recientemente Ernesto Samper, ex presidente de Colombia, sugirió que las iniciativas del gobierno de Petro eran insuficientes. Para él el aumento de presencia militar no logra mitigar los problemas desde la raíz, como los desplazamientos forzados, la violencia sexual, los atentados contra la vida de lideres sociales, entre otros.

Samper hizo hincapié en la necesidad de un proyecto a largo plazo, que verdaderamente se enfoque en la defensa de los derechos fundamentales de las comunidades de la propia región. Lo primordial para el ex mandatario es solucionar la tragedia humanitaria en este territorio y a su vez darle una salida racional a la sustitución de los cultivos ilícitos para finalmente lograr cerrar la herida del Catatumbo.

Si bien existen diversas opiniones sobre cómo abordar la crisis en la Región del Catatumbo, lo cierto es que la situación sigue afectando gravemente a las comunidades locales. Mientras algunos abogan por un enfoque de mayor presencia militar, como el del gobierno de Gustavo Petro, y otros resaltan la necesidad de un proyecto a largo plazo que promueva el respeto por los derechos humanos y la sustitución de cultivos ilícitos, lo innegable es que la población continúa sufriendo las consecuencias.

Grupo Web Argentina