El 5 de noviembre, alrededor de 240 millones de personas estarán habilitadas para elegir al próximo presidente de los Estados Unidos, pero solo un puñado de ellas definirá el resultado. En este contexto, los “estados indecisos” o “swing states” son clave para inclinar la balanza. ¿Cuáles son y por qué son tan importantes?
¿Cómo se vota?
El sistema de votación en el país norteamericano funciona de la siguiente manera: luego de que los ciudadanos de cada estado voten (puede ser el día de la elección o de manera anticipada), el Colegio Electoral dará su voto. Cada estado tiene tantos electores como miembros en el Congreso. Con la inclusión de Washington D.C., hay 538 electores en total. Entonces, después de la emisión del voto, se pasa al conteo estatal. En 48 estados y Washington D.C., el candidato ganador obtiene la totalidad de los votos. En Maine y Nebraska se realiza mediante un sistema proporcional. Para ganar la elección presidencial, un candidato necesita al menos 270 electores. Por lo tanto, se puede dar la situación en la que se obtenga el voto popular pero se pierda la elección, como ocurrió en los años 2016, 2000 y tres veces en el siglo XIX.
Los 7 estados clave
En este panorama, los “swing states” toman un rol central para los candidatos. La mayoría tiene una preferencia marcada por el partido Republicano o por el Demócrata, pero Donald Trump y Kamala Harris tienen sus ojos puestos en estos siete estados indecisos, que han oscilado entre ambos bandos en el último tiempo: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. Entre ellos, hay en juego 93 votos electorales.
Pensilvania y los latinos
En las semanas previas a la votación, ambos candidatos han estado presentes en Pensilvania, realizando rallies y actos de campaña. Entre los dos, suman más de 50 paradas en este distrito, más que en ningún otro. Los demócratas han gastado este año 114 millones de dólares, mientras que los republicanos han invertido 102 millones. El mensaje es muy claro: sin Pensilvania, es imposible ganar la elección. En el 2020, Biden superó a Trump con una diferencia de 82 mil votos, pero en 2016 el candidato republicano se sobrepuso a Hillary Clinton por 44 mil votos.Si bien las encuestas no dirimen a un candidato como favorito, muchos creen que hay un grupo demográfico dentro de Pensilvania que podría ser clave: los latinos. Hay más de un millón en el distrito, de los cuales cerca de 600.000 están habilitados a votar. A pesar de que históricamente han apoyado al Partido Demócrata, en estos estados pendulares la volatilidad es mayor, y cada voto cuenta.
Los posibles escenarios
Uno de ellos es que Trump gane los estados que consiguió en 2020, y le sume Pensilvania y Georgia, el estado con menor margen de victoria en esas elecciones, que aporta 16 votos electorales. En este supuesto, llegaría a los 270 y sería electo presidente. Sin Pensilvania, el candidato republicano llegaría a la presidencia obteniendo Wisconsin, Arizona y Michigan, lo cual sería más difícil.
Harris tiene más caminos posibles para conseguir la presidencia, pero considera a Pensilvania igual de importante. Con este distrito, podría permitirse perder otros estados indecisos y aun así quedarse con la Casa Blanca. Por lo tanto, la carrera está abierta. ¿Serán estos estados tan importantes como se prevé? ¿Pensilvania decidirá la elección? Todo esto se conocerá el martes 5 de noviembre.