El 17 de abril de 1974. La Selección Argentina recorría el país con la intención de sumar ritmo en la previa al Mundial de Alemania y despedirse de su gente.
Lo que nadie imaginó es que en un amistoso ante un combinado rosarino, un futbolista desconocido y sin el encandilamiento de los flashes desnudó todos los problemas y expuso las falencias internas.
«Una historia que pone al descubierto nuestro total desencuentro», consignó en la volanta de la edición 2846 de El Gráfico. La crónica fue escrita por José María Otero desde Rosario.
Tomás Felipe Carlovich, el Trinche, nació el 19 de abril de 1949 en Rosario. Era el último de siete hermanos y vivió una infancia austera en los potreros del barrio de Belgrano. Jugó un solo partido en la primera de Rosario Central, un total de 236 en Central Córdoba, el club de sus amores, y vistió las camisetas de Flandria, Independiente Rivadavia, Deportivo Maipú y Colón. Se retiró en 1986 con 37 años.
3 días antes de cumplir los 25 años se disputó el partido que lo puso en boca de todos en la cancha de Newell’s. Se suponía que el combinado rosarino debía constituirse en una especie de sparring cordial de la Selección. Pero, por el Trinche, nada de eso pasó.
Carlos Timoteo Griguol y Juan Carlos Montes, entrenadores de Rosario Central y de Newells (junto con Huracán, los mejores equipos de esa época), incluyeron cinco jugadores de cada equipo: Carlos Biassutto, Jorge González, Mario Killer, Carlos Aimar y Mario Kempes de un lado y José Luis Pavoni, Armando Capurro, Mario Zanabria, Sergio Robles y Alfredo Obberti del otro.
Imagen El combinado de Rosario que venció a Argentina en 1974. El 5° de izquierda a derecha en la fila de arriba es el Trinche Carlovich
El combinado de Rosario que venció a Argentina en 1974. El 5° de izquierda a derecha en la fila de arriba es el Trinche Carlovich
Faltaba uno: Carlovich. Volante de Central Córdoba, el número 5 que se hizo dueño de la pelota y condujo al improvisado equipo al contundente 3-0 al término del primer tiempo, lo que motivó que Vladislao Cap, uno de los entrenadores del triunvirato de Argentina, le pidiera a Carlos Griguol y Juan Carlos Montes que sacaran a ese que tanto mal les estaba haciendo.
Lo cierto es que Carlovich no salió al segundo tiempo y la Selección apenas descontó para decretar el 3-1 final. A esa altura el daño del Trinche era irreversible.
Fue un «baile», coincidió toda la prensa al día siguiente. Fue el día que el mundo del fútbol descubrió el talento de ese zurdo que deleitó a todos con la camiseta número 5, de quien no hay casi registros fílmicos. El sumun del mito fue el «caño de ida y vuelta» que le realizó a Roberto Telch.
«El clima está preparado para un nuevo desarreglo que nos conduzca al fracaso», advirtió El Gráfico. Lo de Carlovich fue apenas un aviso de lo que vendría después.
Sumergido en el más profundo caos institucional y desorden futbolístico, Argentina regresó de Alemania 74′ tras quedar eliminado de manera categoríca en la segunda fase.
Carlovich murió asesinado a los 74 años en su intento de resistir al robo de una bicicleta en el oeste de Rosario, el 8 de mayo de 2020, en pleno contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio por el Coronavirus.
«Con tu humildad nos bailaste a todos», escribió en sus redes sociales Maradona, 7 meses antes de su propio deceso. Se habían conocido en ocasión de la visita de Gimnasia a Rosario en 2019, en tiempos en los que Diego dirigía al Lobo.
«Trinche, vos fuiste mejor que yo…», le firmó Maradona en una camiseta de Central Córdoba en aquel encuentro. «Lo único que le pude contestar es ‘Diego, ahora puedo partir tranquilo, vos fuiste lo mas grande que vi en mi vida», contó el Trinche los entretelones del diálogo
Un millar de hinchas lo despidió y hubo homenajes para todos los gustos. La estatua del Che Guevara fue intervenida con el número 5 en el corazón de Tablada, barrio de Rosario. Además se instaló una escultura en tamaño real en la platea del estadio Gabino Sosa de Central Córdoba.
En la retina de unos privilegados quedó grabada la noche más gloriosa del Trinche. La leyenda urbana, el jugador que nació en la época equivocada, el que dio más entrevistas una vez retirado que como futbolista. El Maradona que no fue.