Especial del Podio Político
14 de junio de 1982, 9 horas, el frío penetraba hasta las vísceras, un alto el fuego, un comienzo, un capítulo diferente en la vida de 25 mil hombres, algunos adolescentes, final de una guerra, improvisada, impredecible, con nada de ingenuidad. Con grandes disputas de poder geopolítico. Malvinas, Islas Argentinas, por derecho de la colonización española, usurpadas por el imperialismo inglés.
Al volver al continente, la indiferencia y el abandono por parte del Estado fueron abrumadores, la estrategia era la desmalvinización sistemática coordinada entre las fuerzas armadas y los gobernantes temporales. Agruparse, empezar a trabajar para visualizar la causa Malvinas era una necesidad, en primer término por los compañeros y en segundo término por el pueblo argentino, éramos parias para los militares, éramos civiles y para los gobiernos democráticos éramos militares, reivindicar a lo largo y a lo ancho de todo el país, que sepan que los compañeros en la guerra y el posguerra que dieron lo más preciado, sus vidas, no fue en vano.
Fueron pocos los diferentes gobiernos que sostuvieron una política de Estado para defender nuestra soberanía, fueron pocos los presidentes de nuestra Nación que se pararon frente al mundo, expresando que están saqueando nuestros recursos naturales. Todos se vanaglorian con nuestros héroes.
Y en el gobierno de Mauricio Macri, año 2016, se firma el acuerdo Foradori-Duncan, realizando concesiones a los intereses británicos, plena explotación de nuestros recursos naturales y retrocediendo en el reclamo de nuestra soberanía.
Hoy, a 42 años de la guerra de Malvinas, nuestro presidente Javier Milei, días atrás en un medio internacional, dijo que con el Ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña habían conversado y que teníamos en agenda una diferencia territorial, que teníamos que tener una relación madura, lo que el Presidente de nuestra Nación tendría que saber es que nosotros tenemos una usurpación que data de 1833 y a los que usurpan se los llama usurpadores, no se los considera una diferencia territorial, también llama la atención el silencio de nuestra Canciller, donde liberaron el espacio aéreo sobre Malvinas y el Reino Unido siguen negociando sobre nuestros recursos naturales.
No podemos callar esto, el mismo Presidente no puede faltarnos el respeto planteando su admiración por Margaret Thatcher, ya que hoy tiene la responsabilidad como líder político de todos los argentinos, de conducir nuestro destino. En 1982, cuando estábamos en plena guerra, el presidente tenía 11 o 12 años, seguramente vanaglorió nuestra situación, hoy le interesa más una relación madura y poco la defensa de nuestra soberanía, que nuestra soberanía se defiende en los foros internacionales que se defiende con una posición firme, llevando nuestro reclamo y exigiendo que se cumplan los mismos.
Yo, como argentino, como excombatiente, quiero decirle al Presidente que tendría que admirar a nuestros héroes, que algunos dieron lo más preciado, la vida misma.
HONOR Y GLORIA A NUESTROS EXCOMBATIENTES.