El Presidente aseguró que llegó a la Casa Rosada con un plan para dolarizar que hubiera sido técnicamente exitoso. Sin embargo, no pudo implementarlo por temor a un juicio político.
El presidente Javier Milei reconoció que los salarios se encuentran en un nivel “de miseria” durante un reportaje concedido a la agencia internacional Bloomberg, pero analizó que es consecuencia de las políticas implementadas por gobiernos anteriores y no por sus primeros 100 días de gestión a cargo del Poder Ejecutivo.
“Hoy los salarios son miserables no por culpa nuestra, los salarios son miserables como consecuencia de 20 años de populismo”, aseguró el jefe de Estado en una entrevista concedida al periodista John Micklethwait en Casa Rosada. Y desarrolló: “Cuando usted toma el salario promedio de la década del 90, hoy sería de 3 mil dólares”.
En ese contexto, el jefe de Estado se mostró esperanzado en que los ingresos comiencen a recuperarse a partir de un descenso brusco de la inflación y del levantamiento de los controles de capitales. Sin embargo, para llegar a ese punto todavía falta un largo camino para sanear el balance del Banco Central.
“Primero tengo que sanear el Banco Central y es importante entender esto: cuando usted tiene el Banco Central quebrado, los pasivos monetarios superan a los activos y eso se corrige con un nivel de precios más alto para licuar los pasivos monetarios; cuánto más quebrado está, más alto es el nivel de precios”, introdujo.
Y explicó: “Nosotros estamos saneando el balance del Banco Central y en cuanto lo logremos ese nivel de precios se va a ir achicando porque la pendiente se reduce y la inflación baja; por eso es importantísimo sanear el Banco Central para que no exista esa presión”.
Una vez finalizado ese proceso, el Presidente espera realizar una reforma financiera y enviar al Congreso un proyecto que califica a la emisión de dinero como un delito de lesa humanidad. A partir de esos cambios, el jefe de Estado cree que será posible avanzar con el levantamiento de los controles de capitales y, específicamente, del cepo cambiario.
Milei reconoció que no pudo llevar a cabo su programa original de dolarización por temor a un juicio político.
“Nosotros teníamos una estrategia para dolarizar que era tomar los activos del Banco Central contra el gobierno nacional, esos títulos pasarlos a mercado y hacernos de dólares… Y la realidad es que hubiera funcionado a la perfección porque cuando nosotros llegamos los títulos argentinos estaban en 18 dólares y hoy están en torno a los 54. Hubiera sido una gestión muy exitosa, pero dada la construcción del sistema político argentino, lo intelectualmente deshonestos que son los políticos, es muy probable que si yo hubiera hecho esa operación a precio de mercados, la política hubiera dicho que ahí hubo una estafa, nos hubieran acusado de un negocio turbio y nos hubieran mandado a la cárcel”, explicó.
E insistió: “No es que no era factible hacerlo en términos técnicos, nosotros inferimos que la política iba a jugar sucio y es efectivamente lo que hace”.
En ese contexto, el jefe de Estado dijo que decidió apelar a un fuerte ajuste fiscal “sin precedentes en la historia de la humanidad” para sanear las cuentas públicas e ir desmantelando lentamente los controles que pesan sobre el movimiento de capitales.
Fuente: Bloomberg