El pasado 30 de septiembre se conoció el fallecimiento de Humberto Ortega, hermano del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a los 77 años tras sufrir un paro cardiorrespiratorio. ¿Quién fue Humberto Ortega? ¿Qué relación tuvo con su hermano? ¿Qué repercusión tiene su muerte en el régimen sandinista?
En los inicios de la revolución que depositó al sandinismo (llamado así en honor a la figura de Augusto César Sandino) en el poder nicaragüense, Humberto Ortega fue un guerrillero que luchó por derrocar a la dinastía de los Somoza –que llevaba más de 40 años en el poder–. Sin embargo, debido a una herida de gravedad sufrida en 1969 debió abandonar su rol en el frente de batalla para pasar a tener la función de estratega militar. De hecho, en 1979 luego de que la revolución triunfara y derroque a Anastasio Somoza, Humberto fue nombrado jefe del Ejército Popular Sandinista por su hermano mayor Daniel, quién por entonces era el presidente de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.
Durante los años subsiguientes la relación entre los hermanos transcurrió por los carriles de la armonía. Hasta que en la década de 1990 comenzó a resquebrajarse y la tensión entre ambos escaló con el paso del tiempo. Tan controvertida se tornó esta relación que en 2018 durante un discurso en el XVI Congreso de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua, Daniel Ortega llegó a acusar a su hermano de “haberse pasado al bando del imperio estadounidense” y haberse convertido en un peón del poder americano.
En este contexto, el pasado 19 de mayo en una entrevista que le concedió a Infobae Humberto Ortega dijo que el poder de su hermano Daniel no tenía sucesores dentro de la familia y que tras su muerte la salida más viable sería “convocar a un proceso electoral”. Esto fue interpretado como una crítica a su cuñada, esposa de Daniel y actual vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo; así como también a su sobrino e hijo de la pareja presidencial, Laureano Ortega Murillo.
En dicha entrevista Humberto también fue crítico del régimen liderado por su hermano acusándolo de ser “autoritario” y “dictatorial”. Dijo que el movimiento sandinista quedó a cargo de los grupos más radicales a los que describió como “dogmáticos” y que fueron ellos los que convirtieron al Estado nicaragüense en uno “corrupto” y “parasitario”. Además, señaló que a partir de la crisis que atravesó el país en 2018 se impuso un “régimen policíaco” que dio lugar a una tendencia autoritaria.
Sin embargo, al ser consultado acerca de si se consideraba un opositor al gobierno de su hermano, Ortega respondió que se esmeraba en predicar el “centrismo político humanista” y que su principal propósito era alcanzar la democracia y la paz en Nicaragua generando un acuerdo nacional.
La noche posterior a la publicación de la entrevista, Humberto denunció que su casa había sido rodeada por la policía y que lo habían despojado de todos los medios electrónicos que utilizaba para comunicarse. Al día siguiente la Policía de Nicaragua en conjunto con el Ministerio de Salud emitieron un comunicado en el que explicaban que habían instalado una “Unidad de Atención Médica Especializada para cuidar las dolencias que han aquejado al General Ortega”.
Días después en un acto junto a las Fuerzas Armadas en el que celebraron el 45° aniversario del derrocamiento de Anastasio Somoza, Daniel Ortega le respondió a su hermano. Lo acusó de traidor a la patria y de haberle vendido su alma al diablo.
En estos términos se encontraba la relación entre los hermanos, que en algún momento habían sido socios políticos, antes de que el pasado 30 de septiembre se produjera el fallecimiento de Humberto Ortega.
A raíz de lo ocurrido se abre un interrogante: ¿Este acontecimiento implica que la sucesión dentro de la dinastía Ortega-Murillo esté asegurada para los próximos años?.
A raíz de lo ocurrido se abre un interrogante: ¿Este acontecimiento implica que la sucesión dentro de la dinastía Ortega-Murillo esté asegurada para los próximos años?.